Delicioso pollo frito

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Instrucciones

Comience colocando los trozos de pollo en un tazón grande y vierta el suero de leche sobre ellos. Añada ajo en polvo.

Cebolla en polvo, pimentón, tomillo, sal y pimienta, revolviendo bien. Tapar y refrigerar durante varias horas o toda la noche para obtener el mejor sabor.

Mientras se marina el pollo, prepare el empanizado mezclando la harina, el ajo en polvo, la cebolla en polvo, el pimentón, el tomillo, la sal y la pimienta negra en un plato o tazón grande y poco profundo. Esta mezcla le dará al pollo un exterior bien sazonado y crujiente.

Una vez que el pollo esté marinado, sácalo del refrigerador y déjalo que alcance la temperatura ambiente para que se cocine de manera uniforme.

Sacuda con cuidado el exceso de adobo antes de cubrir cada pieza con la mezcla de harina sazonada, presionando ligeramente para asegurarse de que el recubrimiento se adhiera bien.

Calienta el aceite vegetal en una olla o sartén profunda a unos 175 °C. Usa suficiente aceite para que las piezas de pollo queden completamente o casi sumergidas durante la fritura. Ten cuidado y fríe siempre por tandas para evitar saturar la sartén.

Coloque con cuidado el pollo rebozado en el aceite caliente. Fría cada pieza hasta que esté dorada y crujiente, volteándola de vez en cuando para que se dore uniformemente.

El tiempo de cocción puede variar dependiendo del tamaño del pollo, pero cada pieza debe estar bien cocida con una temperatura interna de 165°F.

Cuando esté listo, retira el pollo y déjalo reposar sobre una rejilla o una bandeja forrada con papel absorbente. Esto ayuda a escurrir el exceso de aceite y mantiene la corteza crujiente. Evita apilar las piezas inmediatamente después de freírlas.

Una vez frito y reposado todo el pollo, decora con perejil fresco picado y gajos de limón si lo deseas. Sirve caliente y disfruta con tus guarniciones favoritas, como puré de papas, ensalada de col o pan de maíz.

Cómo hacer

Para empezar, asegúrate de que el pollo esté fresco y bien limpio. Cortarlo en trozos uniformes ayuda a que todas las piezas se cocinen uniformemente. Puedes usar muslos con hueso, contramuslos o incluso cortes deshuesados, según tus preferencias.

Comience preparando la marinada de suero de leche. La acidez del suero de leche ayuda a ablandar el pollo, mientras que las especias le aportan sabor. Combine los ingredientes de la marinada en un tazón, mezcle bien y sumerja completamente las piezas de pollo.

Deje marinar el pollo en el refrigerador durante al menos cuatro horas, aunque lo ideal es marinarlo toda la noche para obtener el máximo sabor y ternura. Un marinado más prolongado garantiza una carne más jugosa y un sabor más intenso.

Mientras se marina el pollo, mezcle la harina y las especias para el empanizado. Esta mezcla debe quedar uniforme para distribuir el sabor por toda la masa. Incluso puede tamizar la harina si desea un empanizado más ligero y fino.

Cuando esté listo para freír, caliente el aceite a la temperatura correcta. Use un termómetro para mayor precisión, ya que el aceite demasiado caliente puede quemar la corteza antes de que la carne esté cocida, y el aceite demasiado frío engrasará el pollo.

Reboza el pollo en la mezcla de harina justo antes de freírlo. Puedes rebozarlo dos veces en la marinada y la harina para obtener una capa extra gruesa y crujiente. Solo asegúrate de dejar reposar el empanizado brevemente para que se adhiera bien.

Una vez frito y escurrido, sirva el pollo aún caliente. El exterior debe quedar perfectamente crujiente y el interior jugoso. También puede decorarlo para una mejor presentación o acompañarlo con salsas para untar y realzar la experiencia.

Variaciones

Para una versión más picante, añade pimienta de cayena o salsa picante a la marinada y un poco de chile en polvo a la mezcla de harina. Esto le dará a tu pollo frito un toque picante que encantará a los amantes del picante.

Prueba diferentes hierbas y especias para variar el sabor. El orégano, el romero o el curry en polvo pueden darle un toque único al sabor tradicional y combinan a la perfección con el pollo frito.

Puedes preparar una versión sin gluten sustituyendo la harina común por una mezcla de harinas sin gluten o galletas de arroz trituradas. Asegúrate de que todos los condimentos también sean sin gluten.

Experimenta con diferentes métodos de cocción, como freír en el horno o usar una freidora de aire. Estas opciones ofrecen un acabado crujiente con menos aceite y menos calorías, perfecto para una opción más ligera.

Añade harina de maíz o panko a la mezcla de harina para darle un toque crujiente. Estos ingredientes mejoran la textura y crean un bocado aún más satisfactorio.

Prueba remojar el pollo en jugo de pepinillos en lugar de suero de leche para obtener un sabor ácido al estilo sureño. El jugo de pepinillos ablanda la carne de forma similar y le aporta un sabor intenso.

Infusione el aceite con hierbas como romero, ajo u hojas de laurel mientras lo calienta. Esto le aporta sutiles notas aromáticas al pollo durante la fritura.

Consejos

Use siempre un termómetro para controlar la temperatura del aceite al freír. Mantener la temperatura adecuada garantiza que el pollo quede crujiente, no grasoso.

No sobrecargues la sartén. Fríe el pollo en tandas para mantener la temperatura del aceite constante y que cada pieza tenga suficiente espacio para cocinarse uniformemente.

Después de rebozar el pollo, déjelo reposar sobre una rejilla de 10 a 15 minutos antes de freírlo. Esto ayuda a que la corteza se adhiera mejor y reduce el riesgo de que se desprenda durante la cocción.

Use una rejilla de alambre en lugar de toallas de papel para escurrir. Esto evita que la base se humedezca y ayuda a mantener el pollo crujiente por todos lados.

Sazona bien la harina. El rebozado debe tener el mismo sabor que la marinada para que cada bocado sea delicioso y equilibrado.

Para un resultado extra crujiente, reboza el pollo dos veces. Después de la primera capa de harina, vuelve a sumergirlo en el suero de leche y enharina de nuevo antes de freírlo.

Deje reposar el pollo unos minutos después de freírlo. Esto ayuda a que los jugos se redistribuyan en la carne, haciéndola más tierna y sabrosa al morderla.

Conclusión

El pollo frito es más que un simple plato: es una experiencia nostálgica, una tradición culinaria y una comida deliciosa, todo en uno. Con un adobo perfectamente sazonado y una cobertura crujiente, esta receta transforma ingredientes cotidianos en algo verdaderamente especial.

Ya sea que cocines para la familia, organices una reunión o simplemente tengas antojo de comida reconfortante, esta receta de pollo frito seguro que te encantará. Disfrútalo recién hecho con tus guarniciones favoritas y saborea el inigualable sabor del pollo frito casero bien hecho